Esto es super profundo, ser conscientes del uso del tiempo y de los recursos que obtenemos a través y para él mismo es bastante importante en estos tiempos. Gracias por el grandioso artículo.
Una vez más, Emi, agradezco mucho otra de tus magníficas reflexiones.
Tu comparación entre la percepción del tiempo en la infancia y la adultez es algo que todos comentamos y percibimos. De niños hacíamos más cosas y los días eran más largos. Nos recuerda lo diferente que puede sentirse el paso del tiempo dependiendo de nuestras circunstancias y responsabilidades. La cita de Séneca viene como anillo al dedo; subraya la importancia de la sabiduría en la administración del tiempo, algo que a menudo olvidamos dado nuestro actual ritmo de vida acelerado.
Aprecio tu crítica a la falacia contemporánea de que una buena gestión del tiempo es suficiente para disfrutar de la vida. Como bien mencionas, la disponibilidad de tiempo libre está inextricablemente ligada a los recursos y al lujo que disponemos, y no todos tenemos el privilegio de acceder a ello.
Tu reflexión me ha llevado a reconsiderar cómo valoro mi propio tiempo y a pensar en las circunstancias (mis circunstancias) que me permiten disfrutarlo.
Gracias por ofrecerme una visión tan enriquecedora y provocadora, Emi. ❤️
P.D.: Tus cartas, y las citas que usas de autores y filósofos clásicos son ejemplo vivo del porqué me enamora la filosofía. Brillantes mentes pensantes ya habían reflexionado bien sobre todo lo que nos sigue preocupando como seres humanos más de 2000 años después. A veces pienso que la humanidad seguirá por los siglos de los siglos haciéndose siempre las mismas preguntas, y reflexionando sobre las mismas cosas... pareciera que, realmente, no terminamos nunca de aprender nada...
Mil gracias a ti, Jaime, por aportar siempre un poquito más en la parte de los comentarios.
Como he dicho en alguna otra respuesta, para mí la concepción «mercantilizada» del tiempo es el aspecto más importante a tener en cuenta en estos días. En el momento en el que el tiempo se convierte en objeto de consumo, nuestro potencial disfrute se reduce a una lucha de poder que, por desgracia, suele estar abocada al fracaso. De ahí que me interesen mucho las aproximaciones «sociales» a este tema, porque, más allá de los análisis «buenistas» acerca de cómo emplear el tiempo, cómo disfrutarlo, cómo aprovecharlo, hay que ser bien conscientes de su papel como elemento jerárquico, de clase.
P.D.: Lo cierto es que pienso igual que tú acerca de la filosofía y en los últimos tiempos me estoy centrando en acercarme a distintos autores (poco a poco y, confieso, con algo de esfuerzo en algunos casos) para tener una perspectiva amplia del conocimiento. Aunque sea una disciplina exigente, su combinación con la literatura —el campo en el que me siento más cómodo— me parece excepcional para abrir la mente a las grandes cuestiones y poder pensar sobre las cosas con un bagaje más completo y sólido. Y, sí, me temo que nunca terminamos de aprender… pero quizá ahí está la gracia de la vida.
Tenemos un lujo en nuestras manos y no nos damos cuenta, sólo cuando llegamos a una edad en la que el tiempo nos cuesta dinero y gimnasia mental para obtenerlo
Es cierto. Parte del problema, no obstante, es que el tiempo ha devenido lujo por circunstancias sociales muy específicas, para acabar convirtiéndose (como decía en otro comentario) en mercancía con la que «traficar», de manera que nos vemos abocados a esa «gimnasia mental», como tú dices, cuando en realidad somos simples víctimas.
Es un tema complejo, sin duda, y me alegra mucho el recibir tantas miradas al respecto. Gracias por pasarte, Judith.
El libro que comentas de Towles y el newsletter me hizo recordar a otro libro que tengo pendiente, Mi año de descanso y relajación, de Otessa Moshfegh. Son temas que creo que cobrar una fuerza particular en la ficción 🙌🏻
De Moshfegh he leído muy buenas opiniones, pero siempre se me cuelan algunos otros libros en el camino. Ya me dirás qué tal está y si guarda relación (y de qué tipo) con el tema, que puede ser muy interesante.
Para mí el tiempo es el valor mas preciado a preservar. En la medida de lo posible, dedico todo el dinero que puedo a garantizar ese tiempo del que pueda disponer para lo que yo decida.
Ojalá todos pudiéramos disfrutar de todo el tiempo a nuestro antojo.
Creo que la batalla por el tiempo será la que defina el contexto social en los próximos tiempos, porque al convertirse en un lujo deviene, casi por necesidad, en mercancía, lo cual lo transforma en última instancia en elemento de poder.
Dicho esto, ojalá, sí, poder disfrutar de todo el tiempo —siempre tan escaso— a nuestro antojo. Entretanto, nos conformaremos con lo poquito que tenemos leyendo newsletters, ¿verdad? XD
Disfrutar del tiempo es algo que nos planteamos mucho últimamente. Creemos que pasa por un equilibrio entre acción y contemplación. Estar siempre ocupados (con cosas de provecho o con "experiencias") nos distrae de experimentar la vida plenamente y nos lleva a acciones generalmente poco acertadas por ser poco meditadas. En nuestra sociedad el factor que menos suele estar presente es la contemplación. Guardar silencio, observar, integrar lo vivido. No intentar llenar los silencios con palabras o estímulos externos, simplemente estar. El baile entre acción y contemplación es lo que da ritmo a la vida y enriquece el tiempo del que disponemos, sea mucho o poco. Hay una especie de broma entre meditadores que dice "Si no tienes tiempo para meditar, es que necesitas meditar".
Muchas gracias por el comentario, chicos. Para mí, ambos conceptos están muy relacionados, casi diría que son lo mismo, ya que solo gracias a nuestra mirada podemos «actuar» sobre el entorno (siempre que eso sea posible) o sobre nosotros; la contemplación, como apuntáis, es un requisito para distinguir lo accesorio de lo banal, lo bello de lo oscuro. El problema, como también referís, es que la vida moderna nos empuja más bien hacia una senda de acción, una vida que esté en perpetuo movimiento: pero ¿hacia dónde? Esa pregunta es la que me parece más pertinente dentro del contexto discursivo sobre el tiempo y su apreciación, así que me alegro mucho de tener aportaciones que abran el debate y aporten nuevos puntos de vista.
Me fascina la posición de Seneca, “el tiempo no es breve”, lo desaprovechamos! Creo sobre eso habría que profundizar!
Séneca era muy contradictorio, pero algunas de sus ideas son muy sensatas, y quizá aún más hoy día, con tantos cambios y con tantos estímulos.
Gracias por pasarte a comentar, Gabriela.
Esto es super profundo, ser conscientes del uso del tiempo y de los recursos que obtenemos a través y para él mismo es bastante importante en estos tiempos. Gracias por el grandioso artículo.
Me alegro de que te haya gustado, Josue. Un saludo cordial.
Ahora ya no aplicable a todos los adolescentes
No, a todos no, sólo a algunos. El mundo va cambiando...
Ya lo dijo William Penn, el tiempo es lo que más queremos, y lo que peor utilizamos.
No podría haberlo dicho yo mejor. (Y os hubiese ahorrado unos cientos de palabras a vosotros…).
Una vez más, Emi, agradezco mucho otra de tus magníficas reflexiones.
Tu comparación entre la percepción del tiempo en la infancia y la adultez es algo que todos comentamos y percibimos. De niños hacíamos más cosas y los días eran más largos. Nos recuerda lo diferente que puede sentirse el paso del tiempo dependiendo de nuestras circunstancias y responsabilidades. La cita de Séneca viene como anillo al dedo; subraya la importancia de la sabiduría en la administración del tiempo, algo que a menudo olvidamos dado nuestro actual ritmo de vida acelerado.
Aprecio tu crítica a la falacia contemporánea de que una buena gestión del tiempo es suficiente para disfrutar de la vida. Como bien mencionas, la disponibilidad de tiempo libre está inextricablemente ligada a los recursos y al lujo que disponemos, y no todos tenemos el privilegio de acceder a ello.
Tu reflexión me ha llevado a reconsiderar cómo valoro mi propio tiempo y a pensar en las circunstancias (mis circunstancias) que me permiten disfrutarlo.
Gracias por ofrecerme una visión tan enriquecedora y provocadora, Emi. ❤️
P.D.: Tus cartas, y las citas que usas de autores y filósofos clásicos son ejemplo vivo del porqué me enamora la filosofía. Brillantes mentes pensantes ya habían reflexionado bien sobre todo lo que nos sigue preocupando como seres humanos más de 2000 años después. A veces pienso que la humanidad seguirá por los siglos de los siglos haciéndose siempre las mismas preguntas, y reflexionando sobre las mismas cosas... pareciera que, realmente, no terminamos nunca de aprender nada...
Mil gracias a ti, Jaime, por aportar siempre un poquito más en la parte de los comentarios.
Como he dicho en alguna otra respuesta, para mí la concepción «mercantilizada» del tiempo es el aspecto más importante a tener en cuenta en estos días. En el momento en el que el tiempo se convierte en objeto de consumo, nuestro potencial disfrute se reduce a una lucha de poder que, por desgracia, suele estar abocada al fracaso. De ahí que me interesen mucho las aproximaciones «sociales» a este tema, porque, más allá de los análisis «buenistas» acerca de cómo emplear el tiempo, cómo disfrutarlo, cómo aprovecharlo, hay que ser bien conscientes de su papel como elemento jerárquico, de clase.
P.D.: Lo cierto es que pienso igual que tú acerca de la filosofía y en los últimos tiempos me estoy centrando en acercarme a distintos autores (poco a poco y, confieso, con algo de esfuerzo en algunos casos) para tener una perspectiva amplia del conocimiento. Aunque sea una disciplina exigente, su combinación con la literatura —el campo en el que me siento más cómodo— me parece excepcional para abrir la mente a las grandes cuestiones y poder pensar sobre las cosas con un bagaje más completo y sólido. Y, sí, me temo que nunca terminamos de aprender… pero quizá ahí está la gracia de la vida.
Tenemos un lujo en nuestras manos y no nos damos cuenta, sólo cuando llegamos a una edad en la que el tiempo nos cuesta dinero y gimnasia mental para obtenerlo
Es cierto. Parte del problema, no obstante, es que el tiempo ha devenido lujo por circunstancias sociales muy específicas, para acabar convirtiéndose (como decía en otro comentario) en mercancía con la que «traficar», de manera que nos vemos abocados a esa «gimnasia mental», como tú dices, cuando en realidad somos simples víctimas.
Es un tema complejo, sin duda, y me alegra mucho el recibir tantas miradas al respecto. Gracias por pasarte, Judith.
El libro que comentas de Towles y el newsletter me hizo recordar a otro libro que tengo pendiente, Mi año de descanso y relajación, de Otessa Moshfegh. Son temas que creo que cobrar una fuerza particular en la ficción 🙌🏻
De Moshfegh he leído muy buenas opiniones, pero siempre se me cuelan algunos otros libros en el camino. Ya me dirás qué tal está y si guarda relación (y de qué tipo) con el tema, que puede ser muy interesante.
Para mí el tiempo es el valor mas preciado a preservar. En la medida de lo posible, dedico todo el dinero que puedo a garantizar ese tiempo del que pueda disponer para lo que yo decida.
Ojalá todos pudiéramos disfrutar de todo el tiempo a nuestro antojo.
Creo que la batalla por el tiempo será la que defina el contexto social en los próximos tiempos, porque al convertirse en un lujo deviene, casi por necesidad, en mercancía, lo cual lo transforma en última instancia en elemento de poder.
Dicho esto, ojalá, sí, poder disfrutar de todo el tiempo —siempre tan escaso— a nuestro antojo. Entretanto, nos conformaremos con lo poquito que tenemos leyendo newsletters, ¿verdad? XD
Disfrutar del tiempo es algo que nos planteamos mucho últimamente. Creemos que pasa por un equilibrio entre acción y contemplación. Estar siempre ocupados (con cosas de provecho o con "experiencias") nos distrae de experimentar la vida plenamente y nos lleva a acciones generalmente poco acertadas por ser poco meditadas. En nuestra sociedad el factor que menos suele estar presente es la contemplación. Guardar silencio, observar, integrar lo vivido. No intentar llenar los silencios con palabras o estímulos externos, simplemente estar. El baile entre acción y contemplación es lo que da ritmo a la vida y enriquece el tiempo del que disponemos, sea mucho o poco. Hay una especie de broma entre meditadores que dice "Si no tienes tiempo para meditar, es que necesitas meditar".
Muchas gracias por el comentario, chicos. Para mí, ambos conceptos están muy relacionados, casi diría que son lo mismo, ya que solo gracias a nuestra mirada podemos «actuar» sobre el entorno (siempre que eso sea posible) o sobre nosotros; la contemplación, como apuntáis, es un requisito para distinguir lo accesorio de lo banal, lo bello de lo oscuro. El problema, como también referís, es que la vida moderna nos empuja más bien hacia una senda de acción, una vida que esté en perpetuo movimiento: pero ¿hacia dónde? Esa pregunta es la que me parece más pertinente dentro del contexto discursivo sobre el tiempo y su apreciación, así que me alegro mucho de tener aportaciones que abran el debate y aporten nuevos puntos de vista.
Un saludo y mil gracias por comentar.
Gracias a ti Emi, por tus reflexiones tan profundas y bellas ❤️