Discusión sobre este post

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Avatar de Chus Recio

Me gusta especialmente este texto, Emi. No he podido evitar, al leerlo, asociar tu lúcida defensa de la ficción como espejo de la vida interior —tanto de quien escribe como de quien lee— con aquella célebre clasificación que propuso John Szarkowski, antiguo director del MoMA, sobre los fotógrafos: quienes entienden su arte como ventana hacia el mundo exterior y quienes lo conciben como espejo de su universo interior.

Así como sucede en la fotografía, en la literatura la ficción se mueve entre estos dos gestos: puede abrir ventanas hacia horizontes nuevos, pero sobre todo actúa como un espejo donde se cruzan reflejos —el del autor y el del lector— en una fusión imposible de separar. Al leer, nos reconocemos en las imágenes que otros modelan, pero también en lo que somos al recibirlas: nuestra sensibilidad, nuestra memoria, nuestras heridas invisibles modelan el sentido de lo leído. Cada texto, entonces, se rehace en cada mirada, en cada lectura.

Y, de igual modo, para quien escribe, la ficción es un espejo inadvertido: en cada historia, en cada palabra, en cada desvío de la imaginación, se revela, sin pretenderlo, su verdad más secreta. No siempre el escritor sabe lo que muestra de sí mismo, pero todo texto, incluso el más fantaseado, es una confesión velada, una grieta por la que se filtra su ser más hondo.

Quizá —como sugiere tu texto con delicada precisión— escribir y leer sean formas paralelas de descubrimiento: maneras de desnudarnos ante la existencia, de reflejarnos en fragmentos prestados y propios, de tender puentes entre lo que creemos inventar y aquello que, desde siempre, nos habita. Y, además, son formas paralelas de conexión: diálogos silenciosos entre escritor y lector que trascienden las leyes de la física —el tiempo, el espacio— para encontrarse en ese otro universo, sutil y sin fronteras, que es el de las palabras.

Gracias por la hondura, la generosidad y la belleza de tus palabras.

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Avatar de amancio delgado álvarez

Dices: "Si existen tantas variantes como seres humanos, ¿cómo escoger la «verdadera»?"; respondo: concluyendo con lógica que la verdadera no existe. No hay variante verdadera, toda interpretación es circunstancial. De hecho, constatamos grandes diferencias del mismo texto leído a una edad u otra.

Quizá conviene recordar la etimología. Texto es tejido y un tejido, un jersey pongamos por caso, no es el mismo limpio que sucio, en invierno que en verano.

Sin olvidar que cuando hacemos un texto no es seguro que seamos nosotros quien lo escribe. El lenguaje es un virus procedente del espacio exterior, decía Burroughs. Yo siempre, frente al teclado, me planteo ¿uso yo el teclado o el teclado ha elegido mis manos para sus fines? :-)

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