Creo que todos tenemos un anhelo de seguridad: querer simplificar la vida para hacerla totalmente predecible.
Pero, creo que este anhelo de seguridad es contraproducente. No hay nada de malo en vivir una vida compleja e impredecible, de hecho, es la única forma que conozco para vivir :-)
La verdad es que creo firmemente en que no debemos amedrentarnos por la complejidad, sino abrazar sus matices. Es lógico aspirar a cierta seguridad (en cualquier terreno), pero lo complicado nos ayuda a encontrar lo maravilloso de la vida.
Muchas gracias (por el cumplido y el comentario). Lo cierto es que creo que nos falta un poco de «amor por la complejidad» para no caer en la trampa de la infantilización. Abrazar los problemas no significa ser pasivos, sino entender la complejidad de la naturaleza (la nuestra y la general).
Buenas 🎁 reflexiones
Emi, ¡me ha encantado!
Creo que todos tenemos un anhelo de seguridad: querer simplificar la vida para hacerla totalmente predecible.
Pero, creo que este anhelo de seguridad es contraproducente. No hay nada de malo en vivir una vida compleja e impredecible, de hecho, es la única forma que conozco para vivir :-)
Gracias, Fernando.
La verdad es que creo firmemente en que no debemos amedrentarnos por la complejidad, sino abrazar sus matices. Es lógico aspirar a cierta seguridad (en cualquier terreno), pero lo complicado nos ayuda a encontrar lo maravilloso de la vida.
Me quedé pensando en el libro como la vida... Hermosa metáfora
Muchas gracias. La verdad es que es un libro en el que cabe todo, así que… como para que no quepa una vida entera.
Muchas gracias (por el cumplido y el comentario). Lo cierto es que creo que nos falta un poco de «amor por la complejidad» para no caer en la trampa de la infantilización. Abrazar los problemas no significa ser pasivos, sino entender la complejidad de la naturaleza (la nuestra y la general).