Vivimos en un mundo plagado de datos, veraces o no, referencias y documentación. ¿Somos capaces de construir(nos) una sabiduría a medida —y a la altura— de ese caudal de información?
No estoy nada de acuerdo en lo de que no es la newsletter más profunda :) suelo esperar a este momento del domingo para leerla, cuando mi cabeza ya ha soltado mi propio tema y me puedo centrar en otros. Muchas veces no comento porque estoy, precisamente, digiriendo tus palabras. Me gusta mucho leer sobre cómo es el proceso creativo de otros, así que muchas gracias por esta.
Gracias, Lara. La verdad es que después de unas cuantas newsletters (creo que rondo las cincuenta o así) ya voy afinando ese proceso… por fin. Aunque, como bien sabrás, el asunto de escribir siempre tiene un punto caótico o azaroso que lo hace difícil de organizar. Pero, oye: lo sigo intentando. XD
Emi, gracias por plasmar tus pensamientos y visión en palabras.
Me quedo con un par de cosas que mencionas y que llamaron mi atención antes incluso de que expusieras los dos problemas.
La primera: me ha gustado que expongas esa necesidad de encontrar quietud para que las ideas desdibujadas puedan aterrizar en tu (nuestra) mente y tomar forma, que escribir esta newsletter semanal requiere de esos momentos de calma y sosiego, que no se pueden dar por sentados, que hay que buscarlos. La segunda: otra de las piezas clave antes de acceder a ese raudal de datos e información, es que necesitamos destilar nuestra mirada y definir cuál es el punto de vista que realmente queremos comunicar respecto al tema en cuestión.
En mi caso, antes de empezar cualquier publicación y una vez elegido el tema de la semana, me hago dos preguntas que me sirven de filtro para seleccionar información y me ayudan a perfilar el mensaje que quiero comunicar...
Supongo que a la hora de escribir hay de todo: conozco gente que se deja llevar por una idea inicial y, por decirlo así, escribe lo que le sale de dentro. No obstante, yo creo que un poco de reflexión sobre el tema es necesaria; no tanto por la dificultad de la escritura en sí (ya que podríamos hacer un flujo de conciencia y dejarla fluir sin más), sino por indagar dentro de nosotros mismos el porqué de esa elección y cómo desarrollar el concepto.
Por eso me interesa la diferencia entre saber y conocer, porque me parece que muchas veces nos quedamos en lo superficial, creyendo que es suficiente, cuando en realidad apenas hemos empezado a desvelar las auténticas facetas de la cuestión.
Me alegro de que la newsletter te haya parecido interesante y te agradezco que te hayas pasado para aportar tu granito de arena a la cuestión. Un saludo.
Emi, se me había pasado leer este comentario de vuelta. Gracias por contestar y por seguir aclarando. Estoy de acuerdo con lo que mencionas en tu primer párrafo: que haya algo de reflexión acerca de cuál es nuestra intención o el punto que queremos hacer con el artículo en cuestión, independientemente de que luego las palabras fluyan en flujo de conciencia.
Me siento recién estrenada en esto de publicar semanalmente pero ya siento que hay temas sobre los que quiero / necesito profundizar para ilustrar y expresar mejor lo que quiero decir. Importante también esa diferenciación entre saber y conocer pues.
Toda esa información que hay a nuestra disposición y tanto que nos pica la curiosidad! Hay que ejercer una y otra vez la renuncia, darnos cuenta de que para comprender bien algo tenemos que dejar de lado muchas otras disciplinas que también llaman nuestra atención. Qué difícil es a veces discriminar entre lo meramente interesante y lo importante (para uno).
Es cierto. Quizá hoy día lo más difícil, en realidad, es discriminar aquello que no es importante frente a lo que sí; con tantos datos, tanta información, la dificultad estriba en cribar los elementos hasta encontrar aquello verdaderamente interesante, sea de la disciplina que sea.
Navegar en la infoxicación. Y añadiría... y cuando llegas a buen puerto, has destilado y has puesto por escrito lo que has comprendido, te das cuenta de que lo más gratificante no fue llegar, publicar, sino navegar, investigar, desbrozar entre la hierba hasta encontrar esas ideas nuevas que conectaban con el edificio teórico que estabas construyendo. El placer, no en el destino, sino en el camino.
Sí, es cierto, Javier; como en algunos otros casos, la recompensa (si es que se puede hablar en esos términos cuando nos referimos al conocimiento) es el propio camino. En realidad, como ya he comentado en algunas otras newsletters, creo que el destino es inalcanzable; de ser así —como intuyo—, el mero acto de ir en su busca ya constituye un proceso en sí, un camino de aprendizaje.
Y, en efecto, desde mi punto de vista eso es lo más satisfactorio, ya que cuando quitas el objetivo de la ecuación, no queda sino disfrutar del viaje y apreciar la belleza de las cosas que vamos descubriendo.
No estoy nada de acuerdo en lo de que no es la newsletter más profunda :) suelo esperar a este momento del domingo para leerla, cuando mi cabeza ya ha soltado mi propio tema y me puedo centrar en otros. Muchas veces no comento porque estoy, precisamente, digiriendo tus palabras. Me gusta mucho leer sobre cómo es el proceso creativo de otros, así que muchas gracias por esta.
Gracias, Lara. La verdad es que después de unas cuantas newsletters (creo que rondo las cincuenta o así) ya voy afinando ese proceso… por fin. Aunque, como bien sabrás, el asunto de escribir siempre tiene un punto caótico o azaroso que lo hace difícil de organizar. Pero, oye: lo sigo intentando. XD
Emi, gracias por plasmar tus pensamientos y visión en palabras.
Me quedo con un par de cosas que mencionas y que llamaron mi atención antes incluso de que expusieras los dos problemas.
La primera: me ha gustado que expongas esa necesidad de encontrar quietud para que las ideas desdibujadas puedan aterrizar en tu (nuestra) mente y tomar forma, que escribir esta newsletter semanal requiere de esos momentos de calma y sosiego, que no se pueden dar por sentados, que hay que buscarlos. La segunda: otra de las piezas clave antes de acceder a ese raudal de datos e información, es que necesitamos destilar nuestra mirada y definir cuál es el punto de vista que realmente queremos comunicar respecto al tema en cuestión.
En mi caso, antes de empezar cualquier publicación y una vez elegido el tema de la semana, me hago dos preguntas que me sirven de filtro para seleccionar información y me ayudan a perfilar el mensaje que quiero comunicar...
Gracias por sacar estos temas a relucir :)
Supongo que a la hora de escribir hay de todo: conozco gente que se deja llevar por una idea inicial y, por decirlo así, escribe lo que le sale de dentro. No obstante, yo creo que un poco de reflexión sobre el tema es necesaria; no tanto por la dificultad de la escritura en sí (ya que podríamos hacer un flujo de conciencia y dejarla fluir sin más), sino por indagar dentro de nosotros mismos el porqué de esa elección y cómo desarrollar el concepto.
Por eso me interesa la diferencia entre saber y conocer, porque me parece que muchas veces nos quedamos en lo superficial, creyendo que es suficiente, cuando en realidad apenas hemos empezado a desvelar las auténticas facetas de la cuestión.
Me alegro de que la newsletter te haya parecido interesante y te agradezco que te hayas pasado para aportar tu granito de arena a la cuestión. Un saludo.
Emi, se me había pasado leer este comentario de vuelta. Gracias por contestar y por seguir aclarando. Estoy de acuerdo con lo que mencionas en tu primer párrafo: que haya algo de reflexión acerca de cuál es nuestra intención o el punto que queremos hacer con el artículo en cuestión, independientemente de que luego las palabras fluyan en flujo de conciencia.
Me siento recién estrenada en esto de publicar semanalmente pero ya siento que hay temas sobre los que quiero / necesito profundizar para ilustrar y expresar mejor lo que quiero decir. Importante también esa diferenciación entre saber y conocer pues.
Un saludo!
Toda esa información que hay a nuestra disposición y tanto que nos pica la curiosidad! Hay que ejercer una y otra vez la renuncia, darnos cuenta de que para comprender bien algo tenemos que dejar de lado muchas otras disciplinas que también llaman nuestra atención. Qué difícil es a veces discriminar entre lo meramente interesante y lo importante (para uno).
Es cierto. Quizá hoy día lo más difícil, en realidad, es discriminar aquello que no es importante frente a lo que sí; con tantos datos, tanta información, la dificultad estriba en cribar los elementos hasta encontrar aquello verdaderamente interesante, sea de la disciplina que sea.
Gracias por pasaros a comentar. Un saludo.
Navegar en la infoxicación. Y añadiría... y cuando llegas a buen puerto, has destilado y has puesto por escrito lo que has comprendido, te das cuenta de que lo más gratificante no fue llegar, publicar, sino navegar, investigar, desbrozar entre la hierba hasta encontrar esas ideas nuevas que conectaban con el edificio teórico que estabas construyendo. El placer, no en el destino, sino en el camino.
Sí, es cierto, Javier; como en algunos otros casos, la recompensa (si es que se puede hablar en esos términos cuando nos referimos al conocimiento) es el propio camino. En realidad, como ya he comentado en algunas otras newsletters, creo que el destino es inalcanzable; de ser así —como intuyo—, el mero acto de ir en su busca ya constituye un proceso en sí, un camino de aprendizaje.
Y, en efecto, desde mi punto de vista eso es lo más satisfactorio, ya que cuando quitas el objetivo de la ecuación, no queda sino disfrutar del viaje y apreciar la belleza de las cosas que vamos descubriendo.
Muchas gracias por pasarte a comentar.