Cuando esta newsletter dio comienzo, su objetivo, en verdad, no estaba nada claro. Seducido por los cantos de sirena del (complejísimo) mundo de la creación de contenidos, quizá, de alguna forma, pensaba que se podría convertir en una suerte de herramienta que pudiera acarrear un beneficio más o menos tangible: seguidores, monetización, repercusión, eco, fama… llámalo como quieras.
Lo cierto es que ha pasado casi un año desde la última edición y llevo meses obsesionado con la idea de retomar este silencioso y místico contacto entre nosotros. ¿Por qué?
Después de pasar por diferentes etapas y vivencias en estos últimos meses, hay algo que he comprendido con una certeza inquebrantable: el propósito de estas reflexiones tenía que ajustarse al título de la newsletter. Auto(des)conocerse es un proceso, un tránsito, un camino por el que debo andar para llegar a una cierta paz.
No se trata de alcanzar un estado de incontrovertible posesión de la verdad, o un culmen emocional que permita una vida equilibrada. La partícula «des» en el título me ha revelado su importancia en los últimos tiempos. Es imposible conseguir certezas; es imposible sentirse seguro; es imposible pensar en tener razón sobre algo.
Lo hermoso de ese (des)conocimiento es que se puede abrazar la ausencia de certeza como algo enriquecedor, algo nutricio. Puedo ser más «yo mismo» si me esfuerzo por cuestionar todo lo que no sé, lo que no conozco, lo que no entiendo; puedo sentirme más tranquilo si, por paradójico que resulte, me hago consciente de cuántas cosas (casi todo, en verdad) no puedo controlar.
De ahí que retome esta newsletter con un propósito muy pedestre y sencillo: compartir las inquietudes que me impulsan a querer saber, a querer crecer y a querer aprender. No desde el convencimiento de que «mis» experiencias se puedan universalizar y convertirse en una suerte de enseñanza válida, sino desde la humildad del creer que nuestras dudas compartidas nos hacen, en realidad, más conscientes, más fuertes y, en suma, más humanos.
Por ello, esta edición solo persigue el objetivo de decirte, de nuevo, «hola». En principio, esta cita volverá a ser semanal, aunque puede que el formato sea algo más breve y los temas bastante más diversos. Si hay algo que he aprendido estos pasados meses es que la curiosidad es una gran fuente de auto(des)conocimiento y que puede expandir sus tentáculos por multitud de temas. (De hecho, la cuestión de los nichos y su ¿importancia? en el terreno de los creadores de contenido es algo que aparecerá, casi con toda seguridad, en alguna de las próximas ediciones.)
Así pues: gracias por tomarte la molestia de leer estas líneas y bienvenid@ de nuevo. Nos leemos la próxima semana.